Cosas de la matriz o algo así, que hacen valer (o no) la pena esta probable irrealidad

domingo, 29 de agosto de 2010

Mi compañía

No se si existe, pero sí se que no la tengo aún. Soy distinto, y esa es una realidad que no puedo/quiero cambiar. Me gusto como soy. Y no tengo en cuenta lo que me ha costado ser así, eso no importa, además de que es malo, puesto que aquello es una fuente del orgullo, el cual no sirve para nada bueno.
A mis sesenta y algo de años, no encuentro realmente mi compañía del alma. No gusto de la idiosincrasia, y del proceder de la gran mayoría del mundo. El mundo es el mundo, y yo, uno solo, no puede cambiarlo, puesto que el mundo debe querer cambiar para hacerlo. Al único que puedo cambiar es a mi mismo. Por todo esto, resumo en que no tengo porque tratar de hacer daño al mundo, pero tampoco estoy obligado a mezclarme. Punto.
La cuestión es que todos piensan, que que triste el estar solo. Y pues, el hecho de estar solo, no es una cuita muy grande que digamos. Lo único que causa un poco de desasosiego, es no tener a nadie como uno para compartir. Pero bueno, así son las cosas.

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