Cosas de la matriz o algo así, que hacen valer (o no) la pena esta probable irrealidad

miércoles, 4 de agosto de 2010

Una existencia

Que anhela no ser estereotipada, y que sin duda no podrá evitarlo, las mentes son libres. Pero sin importar aquello, siente la necesidad de comenzar su blog comunicando su deseo. Un espacio libre, de ahí el anonimato.

Todo es posible. Todas las creencias, todas las ideas, todas las intenciones. Puesto que esto es así, esta universalidad no desdeña ningún conocimiento, sin importar de donde, de que o de quien provenga. Hay que estar atento a todas las posibilidades.

Puesto que creo en nada, y a la vez en todo; dejo dicho que aborrezco todo tipo de aseveración que pueda perjudicar la reputación de cualquier persona, creencia, culto, grupo, etc. Así también, debo compartir que tengo aversión contra lo que se declara abiertamente como superior, como más, o menos que, ya sea para intentar ganarse un crédito que todos y a la vez nadie merece, o por simple vanidad. Dejo dicho que no buscaré criticar o despotricar contra el mundo. El mundo es el mundo, uno no puede cambiarlo. Y criticarlo, además de fatuo es inservible, puesto que la crítica nunca logrará construir, ni moldear. Quizás traumar (un molde abollado).

Lo único que haré es dejar mi testimonio, y mis observaciones objetivas del exterior, de esta matriz. Si no me gusta, o no estoy de acuerdo con algo, lo diré, pero no diré porqués.


HOY

Yinrui Ai salió en bicicleta. Tenía puestos unos tenis blancos algo gastados. Una camisa caqui, de trabajo. Y un jean azul (pantalón inadecuado para un clima caluroso, como es el de la región donde vive).

Llamémosle de ahora en adelante a Yingrui, Charlie. Charlie en bici fue, escuchando música en su walkman. Y parece no haber encontrado lo que tenía que.

El segundo recado era dejar una carta bancaria, sobre una compra de un saldo hipotecario. Aparentemente, el encargado de seguridad estaba algo sorprendido ante los modales del chinito. Así mismo lo estuvo la secretaría que le atendió. El chinito latino dejó la carta, tomó su recibido, y fue por fuera.

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